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viernes, 29 de octubre de 2010

Lección 8 SEGURIDAD DE SALVACIÓN (EL PLAN INFALIBLE DE DIOS)


Lección 8
SEGURIDAD DE SALVACIÓN
(EL PLAN INFALIBLE DE DIOS)

A veces se escucha la siguiente pregunta entre los creyentes: ¿Puede el verdadero cristiano perder su salvación?  Para contestar la pregunta, tenemos que determinar la naturaleza de la salvación ‑ ¿De dónde proviene? ¿Es la obra del hombre o de Dios? ¿Depende del finito poder del hombre o del infinito poder  de Dios? 

UNA PREGUNTA: Sabiendo lo que la Biblia dice del hombre y conociéndote a ti mismo, ¿Tendrías mucha confianza en tu salvación y seguridad eterna si todo dependiera de ti?
Sí / No

OTRA PREGUNTA: Sabiendo lo que la Biblia dice del infinito poder, fidelidad y amor de Dios, ¿Tendrías dudas de tu salvación y seguridad eterna si todo dependiera de Dios?
Sí / No

Hemos establecido en los otros estudios que ningún hombre puede salvarse por sus propios esfuerzos. De la misma manera ningún hombre puede mantener su salvación por medio de sus propios esfuerzos. La seguridad de salvación, como la salvación, es la obra del Dios todopoderoso que nunca jamás falla o cambia. El mismo Dios que nos da entendimiento para comprender el evangelio y fe para creer, también nos guarda para que nuestra salvación sea eternamente segura. En el siguiente estudio sobre la naturaleza de la salvación veremos que el verdadero creyente NUNCA puede perder su salvación, porque nuestra seguridad es parte del plan infalible y la obra poderosa de Dios.

1.   Lee Romanos 8:28‑31 varias veces para familiarizarte con el texto.  Según versículo 29, ¿Cuál es el propósito de Dios para cada creyente?  ¿Qué ha predestinado Dios para cada creyente?

Lección 7 SEGURIDAD DE SALVACIÓN (LAS VERDADERAS FUENTES)


Lección 7
SEGURIDAD DE SALVACIÓN
(LAS VERDADERAS FUENTES)


La salvación eterna es el tema más importante en la vida.  Un hombre razonable haría todo lo posible por tener la seguridad de su salvación.  Pero, ¿Cómo podemos obtener la seguridad absoluta de nuestra salvación?  Según la Biblia, tal seguridad proviene de tres fuentes: El testimonio de la Escritura, el testimonio de nuestras obras y el testimonio interior del Espíritu Santo.

EL TESTIMONIO DE LA PALABRA DE DIOS
1.  Para tener la seguridad de la salvación debemos primero averiguar si  Dios ha prometido salvación al hombre.  ¿Qué afirman los siguientes versículos?

Juan 3:16
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Juan 5:24
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2.   Dios definitivamente ha prometido salvación a los que creen en su Hijo, el Señor Jesucristo.  Pero, ¿Cómo podemos tener la seguridad de que Dios va a cumplir lo que ha prometido?  En los siguientes versículos leemos las respuestas de algunas personas en la historia que han conocido a Dios.

Lección Seis Fe y Obras


Lección Seis
Fe y Obras

INTRODUCCIÓN

En el Cristianismo siempre ha habido un gran debate sobre “las obras” y su papel en la salvación y en la vida Cristiana. Algunos han visto a las “buenas obras” como un medio de salvación. Otros han proclamado la salvación solamente a través de la fe en Jesucristo y su obra. Es importante que sepamos exactamente lo que La Biblia dice acerca de las “buenas obras” para que no estemos decepcionados. Abajo hay dos perspectivas sobre cómo se relacionan la fe, las buenas obras, y la salvación. Recuerda que solamente una de estas perspectivas es bíblica.

1.      La salvación se logra a través de nuestras “buenas obras.” 
2.      La salvación se recibe a través de la fe en el Señor Jesucristo y se mantiene a través de la fe en el Señor Jesucristo. Nuestras “buenas obras” no son el medio por el cual somos salvos, sino que son el resultado de nuestra salvación y son la evidencia de la salvación verdadera.   


SALVACIÓN POR MEDIO DE FE SIN OBRAS
1.   Según Romanos 3:20, ¿Quién puede ser justificado (salvo) delante de Dios por medio de las obras?
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2.   En Romanos 3:21, el apóstol Pablo dice que aparte de la ley (buenas obras), Dios ha manifestado su justicia (salvación).  Según versículo 22, ¿Cuál es el medio por el cual uno puede recibir la justicia (salvación) de Dios?
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3.   Según Romanos 3:24, contesta falso o verdadero.
martes, 21 de septiembre de 2010

MEJOR QUE VUESTROS PRINCIPIOS


MEJOR QUE VUESTROS PRINCIPIOS

Y os haré morar como solías antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y sabréis que yo soy Jehová. (Ezequiel 36:11).


Los hipócritas y formalistas llegan a su fin cuando caen; pero los verdaderos hijos de Dios se levantan después de sus caídas y vacilaciones, como dijo el profeta Miqueas (7:8).

Mayor bendición que lo que han perdido puede ser concedida a los descarriados que se restauran.


I. LO QUE ERA TAN BUENO EN NUESTROS PRINCIPIOS.
lunes, 13 de septiembre de 2010

Lección 5 - Arrepentimiento y Fe


Lección 5
Arrepentimiento y Fe


INTRODUCCIÓN

1.   En el estudio anterior aprendimos que el hombre pecador solo puede ser salvo por medio del Evangelio (buenas nuevas) de Jesucristo. En 1 Corintios 15:1-4, encontramos la definición más completa del Evangelio. Según esta Escritura, ¿Cuáles son las tres partes principales del Evangelio?

(1)  ________________________________________________ (v.3).
(2)  ________________________________________________ (v.4a)
(3)  ________________________________________________ (v.4b)

2.   Basado en estas tres partes principales, explica en tus propias palabras lo que Jesús hizo por el hombre para que pueda ser salvo de su pecado. 

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LA RESPUESTA DEL HOMBRE AL EVANGELIO
1.   El Señor Jesucristo murió por el pecado del hombre y resucitó de entre de los muertos el tercer día. Su obra de salvación es perfecta sin necesidad de añadir nada. Sin embargo, el hombre tiene que responder al Evangelio. Según Marcos 1:14-15, ¿Cuáles son los dos mandamientos que el hombre tiene que obedecer para ser salvo?  

(1)  ____________________  y  (2) ____________________ en el Evangelio.


El Arrepentimiento

1.   Según las siguientes escrituras, ¿Cuáles son algunos aspectos del arrepentimiento verdadero? Coloca cada frase con la Escritura a la cual corresponde.

____ Salmo 51:3‑4; Daniel 9:4‑5            a. Quebrantamiento por el pecado.
____ Salmo 51:17; Santiago 4:9‑10        b. Reconocimiento del pecado.
____ Isaías 1:16; 55:7                               c. Obediencia.
____ I Samuel 15:22; Mateo 3:8              d. Rechazo del pecado.
martes, 24 de agosto de 2010

EL EVANGELIO GLORIOSO DEL DIOS BENDITO


EL EVANGELIO GLORIOSO DEL DIOS BENDITO
por Charles Haddon Spurgeon


"Según el evangelio de la gloria del Dios bendito, que me ha sido encomendado." - 1 Timoteo 1:11 (RVA)
               
Este versículo aparece justo después de una larga lista de pecados, que el apóstol declara contrarios a la sana doctrina; de lo que concluimos que una prueba de la sana doctrina es su oposición a toda forma de pecado. Cualquier doctrina que de alguna manera reste importancia al pecado podría ser popular, pero no es sana doctrina: aquellos que hablan mucho de la solidez de su doctrina, pero que por sus vidas revelan la corrupción de sus corazones, necesitan sentirse avergonzados de su hipocresía, más bien que orgullosos de su ortodoxia.

El apóstol nos ofrece en este versículo otra medida que nos sirve para probar esas doctrinas; nos dice que la sana doctrina siempre es evangélica, "sana doctrina según el evangelio de la gloria." Cualquier doctrina que enaltezca la voluntad o el mérito del hombre, cualquier doctrina que exalte las ceremonias y los oficios de los sacerdotes, cualquier doctrina, pues, que no coloque a la salvación sobre el único fundamento de la gracia inmerecida, no es sana.

Estos dos puntos son absolutamente necesarios en toda enseñanza que profese venir de Dios: debe recomendar y promover la santidad en la vida; y, al mismo tiempo, debe, más allá de toda duda, ser una declaración de gracia y misericordia a través del Mediador.

LA PERPETUIDAD DEL EVANGELIO


LA PERPETUIDAD DEL EVANGELIO
Por Charles Haddon Spurgeon

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán." -- Lucas 21:33
        
El domingo pasado prediqué sobre la perpetuidad de la ley de Dios, y basé mis comentarios en las palabras de nuestro Señor, "De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo se haya cumplido."

Hoy, no voy a hablar de la ley, sino del Evangelio; y con este término, "el Evangelio," me refiero a todo lo que nuestro Señor Jesucristo dijo cuando estuvo aquí abajo. De ese Evangelio se podría afirmar, -como Él mismo dijo de la ley- que ni siquiera una jota ni una tilde pasará hasta que todo se haya cumplido.

El Evangelio de Cristo no es meramente el evangelio de ayer; sino, como el propio Cristo, es "el mismo ayer, hoy y por los siglos." No es simplemente un evangelio para esta época, o para otra, o un evangelio que, a la larga, se gastará y se hará de lado; sino que cuando esos cielos azules se arruguen como un vestido gastado, todavía el Evangelio será tan poderoso como siempre. "El cielo y la tierra pasarán," dice nuestro Señor, "pero mis palabras no pasarán."

I.             Sin más preámbulo, quiero enfatizar, primero, que LAS PALABRAS DE JESÚS DEBEN PERMANECER, PASE LO QUE PASE.

EL VIEJO EVANGELIO PARA EL NUEVO SIGLO



"Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar." -- Mateo 11:28

Sin duda, ustedes han escuchado ya muchos sermones que han tenido como base este texto. Yo mismo lo he utilizado no sé cuántas veces; sin embargo, no las veces suficientes como quisiera hacerlo si Dios me presta vida. Este versículo es una de aquellas grandes e inagotables fuentes de salvación de las que podemos extraer un contenido de manera permanente, sin que lleguen a extinguirse. Un proverbio nuestro dice: "las fuentes probadas son las más dulces", y entre más hurguemos en un texto como éste, se tornará más dulce y lleno de significado.

En esta ocasión, voy a utilizar este versículo de una manera especial para extraer un solo punto de su enseñanza. Podría hablar, si así lo quisiera, del reposo que Jesucristo da al corazón, a la mente y a la conciencia de aquellos que creen en Él. Éste es el reposo, éste es el refrigerio que encuentran aquellos que vienen a Él, ya que podemos leer en el texto: "yo los refrescaré" o "yo los aliviaré". Tendría un tema muy dulce si hablara acerca del maravilloso alivio, del divino refrigerio, del bendito reposo que llega al corazón cuando hay fe en Jesucristo. ¡Que todos ustedes experimenten esa bendición, queridos amigos! ¡Que su reposo y su paz sean muy profundos! ¡Que no sea un descanso fingido, sino un descanso que resista las pruebas y los escrutinios! ¡Que su reposo sea duradero! ¡Que su paz sea como un río que nunca deja de correr! ¡Que su paz sea siempre una paz segura, no una paz falsa, cuyo fin es la destrucción! ¡Que sea una paz verdadera, sólida, justificable, que resista durante toda su vida y que al fin se diluya en el reposo de Dios, a Su diestra, por toda la eternidad! ¡Bienaventurados los que descansan así en Cristo! Esperamos contarnos entre ellos; y si es así, que podamos penetrar de manera más profunda en su glorioso reposo.

Predicar el Evangelio


Predicar el Evangelio

Sermón predicado el Domingo 5 de Agosto, 1855
por Charles Haddon Spurgeon
En la Capilla New Park Street.

"Porque si anuncio el evangelio, no tengo de qué jactarme, porque me es impuesta necesidad; pues ¡ay de mí si no anuncio el evangelio!" - 1 Corintios 9:16


El hombre más grande de los tiempos apostólicos fue el apóstol Pablo. Él siempre fue grande en todo. Si se le considera como pecador, él fue en extremo pecador; si se le ve como perseguidor, él odiaba en extremo a los cristianos, y los perseguía hasta ciudades lejanas; si se le toma como convertido, su conversión fue la más notable de todas las que hayamos leído, llevada a cabo por medio de un poder milagroso, y por la voz misma de Jesús que le habló desde el cielo -"Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"-Si lo tomamos simplemente como cristiano, vemos que fue extraordinario, que amó a su Maestro más que otros, y buscaba mostrar, más que todos los demás, la gracia de Dios en su vida. Pero si lo consideramos como un apóstol, y como un predicador de la Palabra, sobresale de manera eminente como príncipe de los predicadores, que predicaba a reyes-ya que predicó ante Agripa, y ante el Emperador Nerón-estuvo frente a emperadores y reyes por causa del nombre de Cristo. Era característica de Pablo que cualquier cosa que hiciera, la hacía con todo su corazón. Era del tipo de personas que no podía desempeñar una función a medias, ejercitando una parte de su cuerpo y dejando que la otra parte permaneciera indolente; sino que, cuando se ponía a trabajar, absolutamente todas sus energías-cada nervio, cada tendón-eran utilizadas al máximo en el trabajo que tenía que hacer, ya fuera trabajo del malo o del bueno. Pablo, por tanto, podía hablar con toda la experiencia en lo tocante a su ministerio; puesto que él fue el mayor de los ministros. Todo lo que dice es importante; todo nos llega de lo profundo de su alma. Y podemos estar seguros que cuando escribió esto, lo escribió con mano firme-"Si anuncio el evangelio, no tengo de qué jactarme, porque me es impuesta necesidad; pues ¡ay de mí si no anuncio el evangelio!"

Ahora bien, estoy convencido que estas palabras de Pablo son aplicables a muchos ministros en nuestros días; a todos aquellos que tienen un llamado especial, que son guiados por el impulso interno del Espíritu Santo a ocupar la función de ministros del evangelio. Al considerar este versículo, responderemos a tres preguntas el día de hoy: --Primero, ¿qué es predicar el evangelio? En segundo lugar, ¿por qué el ministro no tiene nada de qué jactarse? Y en tercer lugar, ¿cuál es esa necesidad y esa preocupación involucradas en el versículo: "Porque me es impuesta necesidad; pues ¡ay de mí si no anuncio el evangelio!"?

El Evangelio Glorioso


El Evangelio Glorioso

NO. 184
Sermón predicado el domingo 21 de marzo de 1858.
por Charles Haddon Spurgeon
En Music Hall, Royal Surrey Gardens.
"Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero". -- 1 Timoteo 1:15

Supongo que el mensaje que los siervos de Dios anuncian a la gente siempre debe de llamarse "la carga del Señor". Cuando antiguamente los profetas venían de parte del Señor, predicaban tales juicios y amenazas y calamidades que sus rostros reflejaban mucha tristeza y sus corazones pesar. Normalmente comenzaban sus mensajes anunciando: "La carga del Señor, la carga del Señor". Pero ahora, nuestro mensaje no tiene esa carga. Ni amenazas ni truenos forman parte del tema del ministro del Evangelio. ¡Sólo se habla de misericordia! El amor es la suma y la sustancia de nuestro Evangelio-amor inmerecido-amor hacia el primero de los pecadores.

Pero todavía es una carga para nosotros. En relación al mensaje de nuestra predicación, sigue siendo nuestro gozo y nuestra delicia predicar esa carga. Pero si otros sienten lo que yo siento podrán reconocer que no es fácil predicar el Evangelio. Ahora estoy tremendamente preocupado y tengo el corazón atribulado, no tanto por el tema que tengo que predicar, sino por la forma en que he de hacerlo. ¿Qué pasa si este mensaje que es tan bueno fracasa a causa de la incapacidad de su embajador? ¿Qué pasa si mis lectores rechazan esta palabra que es digna de toda aceptación debido a que me falta denuedo? Con toda seguridad-con toda seguridad, tal suposición es suficiente para provocar llanto en los ojos de cualquier hombre. Dios quiera en Su misericordia prevenir un resultado tan digno de lamentarse. Independientemente de cómo predico ahora, espero que esta Palabra de Dios prevalezca en la conciencia de todo hombre. Y que todos aquellos que nunca han encontrado un refugio en Jesús, por esta sencilla predicación de la Palabra, sean persuadidos a venir para poder comprobar y ver que el Señor es bueno.