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viernes, 7 de mayo de 2010

LOS DESPOJOS DE DAVID


LOS DESPOJOS DE DAVID
«... Este es el botín de David» (1° Sam. 30:20).
Muchas veces hemos considerado a David como un tipo del Señor Jesús, en sus conflictos y victorias y en muchas otras cosas. También lo vemos aquí en el despojo. Al que es un guerrero contra el mal le pertenecen los despojos.

I. TODO EL BIEN DE QUE GOZAMOS VIENE A TRAVÉS DEL SEÑOR JESÚS.
        Todo lo que nosotros tenemos lo poseemos bajo la ley del despojo.
        Por nuestros propios esfuerzos no podemos jamás recobrar lo que hemos perdido.
        Nuestro gran Capitán nos ha hecho participantes del despojo.

1.    Es por causa de David que Dios dio éxito a las huestes de Israel.
2.    Fue bajo la dirección de David que ganaron la batalla. Así es con Jesús, el Capitán de nuestra salvación (Hebreos 2:10). El obró dentro de nosotros mismos tina gran liberación. El ha vencido al hombre fuerte, arrebatándole toda su armadura y repartiendo sus despojos (Lucas 11:22). El puede decir con Job: «Yo arrebaté el despojo dentro de sus dientes» (Job 29:17).

        Nuestra heredad eterna fue usurpada, pero El la redimió (Ef. 1:14).
        La presa es tomada del poderoso. «David lo recobró todo.»

II. QUE MUCHO MÁS DE LO QUE PERDIMOS POR EL PECADO NOS ES DADO POR EL SEÑOR JESUS (vers. 20).

Así como Jesús nos ha hecho más seguros de lo que estábamos antes de la caída, del mismo modo nos ha hecho mucho más ricos.

1.        La exaltación por Dios de nuestra humanidad entera. Todo esto no era nuestro al principio, pero nos fue adquirido por el Señor Jesús: La elección, la filiación, la herencia, la vida espiritual, la comunión con Cristo, el ser esposa mística de Cristo, la comunión con Dios y la gloria de las bodas del Cordero en el futuro, todo esto son preciosos despojos.

2.    El hecho de que somos criaturas redimidas, por quien el Creador sufrió, es un honor que no pertenece sino a los hombres y nadie puede obtenerlo sino por Jesucristo (Heb. 2:16).
3.    Nuestra redención es una joya que no se encuentra en la corona de los serafines; nos viene tan sólo por medio de nuestro Señor resucitado (2a Cor. 4:14).
4.    Nuestra manifestación de la plena gloria del Señor. Seremos testigos a todos los seres existentes del Universo, de la sabiduría más escogida, del más alto amor, poder y fidelidad de Dios (Ef. 3:10).

III. LO QUE NOSOTROS QUERAMOS DAR VOLUNTARIAMENTE A JESUS PUEDE SER LLAMADO TAMBIÉN SU DESPOJO.
1.    Nuestros corazones son suyos para siempre. He aquí todo lo que tenemos y somos pertenece a El. «Este es el despojo de David» --el amor y la gratitud de nuestras vidas (1 a Juan 4:19).
2.    Nuestros dones especiales: nuestros diezmos y ofrendas son dedicadas para El, demóselas con gratitud (Malaquías 3:10). Abraham dio a Melquisedec el diezmo de los despojos (Gén. 14:20).
3.    Rendíos a Jesús ahora y encontraréis en El vuestra seguridad aquí y el cielo allá.
         ¿Qué responderéis? ¿Sois despojo de David?
         Si no lo sois, el pecado y Satanás os están despojando cada día que pasa.

El pecado no nos hace más culpables que lo que la gracia puede quitar. El pecado no nos deforma más que lo que la gracia puede renovar.
El pecado no nos hace perder ninguna, bendición que la gracia no nos pueda restituir. - Bosquejo del sermón sobre Romanos 5:20 por el finado Carlos Vince.

SALUDOS Y BENDICIONES!! 


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