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martes, 20 de abril de 2010
Los Nombre de Dios
¿Qué Importancia Tiene un Nombre?
En la cultura hebrea, el nombre de una persona no era un mero título, sino una expresión o revelación de la persona. En las Escrituras, encontramos varios ejemplos de esto: Abraham significa “Padre de muchedumbre de gentes” (Génesis 17:5), Jacob significa “el que toma por el calcañar” o “uno que suplanta” (Génesis 25:26; 27:36), Nabal significa “tonto” (I Samuel 25:25), y Bernabé significa “hijo de consolación” (Hechos 4:36).
Todos estos nombres reflejan el carácter de los hombres que los llevaron. De una manera similar, el nombre de Dios es inseparable a Su persona y es una revelación fiel de Él. Cada Nombre de Dios expresa alguna verdad acerca de Su carácter y persona.
Los Nombres de Dios
En lo siguiente, consideraremos brevemente los nombres de Dios. No hay ejercicios en esta porción de nuestro estudio. Simplemente considera cada nombre cuidadosamente y con mucha oración.
Dios (hebreo: El)
La palabra él es uno de los más antiguos y comunes nombres de Dios empleados por las gentes semíticas (arameo, hebreo, etc.). El significado exacto de la palabra es incierto. Probablemente denota poder, fuerza, grandeza, y majestad. Este nombre se emplea 208 veces en las Escrituras (Éxodo 34:14; Salmo 19:1; Isaías 43:12).
Dios (hebreo: Eloah)
El significado exacto de la palabra eloah es incierto. Probablemente comunica las mismas ideas que el nombre el – poder, fuerza, grandeza, y majestad. La palabra se encuentra 56 veces en el Antiguo Testamento (41 veces en el libro de Job 22:12; 27:3; 27:8; 33:12; 37:22; 40:2).
Dios (hebreo: Elohim)
La palabra elohim es el primer nombre de Dios que aparece en las Escrituras (Génesis 1:1) y se emplea más veces con referencia a Dios que cualquier otro nombre en las Escrituras (2570 veces). El nombre elohim es probablemente la forma plural de eloah y comunica las mismas ideas de fuerza y poder. En las Escrituras, elohim se traduce de cuatro maneras distintas según el contexto. La palabra puede referirse a: (1) Dios; (2) dioses; (3) ángeles o (4) jueces. El hecho de que elohim es plural es muy importante y tiene dos posibles interpretaciones: Primero, todos los idiomas semíticos emplean el plural para comunicar que algo es excepcional o único. Un pequeño cuerpo de agua se llama “agua”, pero un cuerpo inmenso de agua se llama “aguas.” La palabra plural elohim se emplea con respecto a Dios, no porque hay más que un Dios, sino porque Él es el grande e incomparable Dios, el único Dios verdadero sobre todos los falsos dioses. Segundo, la palabra plural elohim posiblemente denota la pluralidad de personas en la Trinidad.
Dios (arameo: Elah / griego: Theos)
La palabra aramea elah se traduce “Dios” en el libro de Esdras (4:8-6:18; 7:12-26) y en el libro de Daniel (2:4-7:28). Los dos libros tienen partes escritas en arameo. La palabra griega theos se traduce “Dios” a través de todo el Nuevo Testamento. Ninguno de estos dos nombres contribuyen con algo nuevo a nuestro entendimiento acerca de Dios.
El Altísimo (hebreo: Elyon / Arameo: Illai / Griego: Hupsistos)
La palabra hebrea elyon se traduce “Altísimo” y denota la supremacía y majestad indescriptible de Dios.
En Salmo 97:9, leemos, “Porque tú, Jehová, eres alto sobre toda la tierra: Eres muy ensalzado sobre todos los dioses.” La palabra se emplea 31 veces en las Escrituras. En los pasajes arameos de Daniel (2:4b- 7:28), el nombre “Altísimo” se traduce de la palabra aramea illai. En el Nuevo Testamento, el nombre “Altísimo” se traduce de la palabra griega hupsistos ( Marcos 5:7; Lucas 1:32, 35, 76; 6:35; 8:28; Hechos 16:17; Hebreos 7:1).
El Todopoderoso (hebreo: Shaddai / griego: Pantokrátor)
La palabra hebrea shaddai se traduce “Todopoderoso”, y denota el infinito poder de Dios. En la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento), la palabra shaddai se traduce pantokrátor (todopoderoso), y en la Vulgata, se traduce omnipotens, de la cual deriva la palabra español “omnipotente”.
Señor (Hebreo: Adon, Adonai)
El nombre Adon denota señorío y posesión. En las Escrituras, cuando el nombre se encuentra en una forma plural [i.e. Adonai] siempre se refiere a Dios. La forma plural denota intensidad – Dios es el absoluto Señor de todo sin excepciones (véase Elohim arriba). El título Adonai denota el Señorío de Dios sobre toda la creación. También comunica mucho acerca de la relación que existe entre Dios y Su pueblo.
Como el Dueño y Señor, Él se ha comprometido a Sí mismo a cuidar Su pueblo y suplir sus necesidades.
Como siervos del Señor, nos comprometemos a servirle con absoluta obediencia. El nombre Adonai aparece 456 veces en las Escrituras con referencia a Dios.
Jehová (hebreo: Yahweh o Jehovah)
El nombre Yahweh es el nombre personal de Dios y el que más se emplea en las Escrituras (6825 veces).
En hebreo, el nombre se escribe: YHVH o hwhy. Aunque es incierta, la verdadera pronunciación de la palabra es probablemente Yahveh o Yahweh. La gran mayoría de maestros de la Biblia creen que el nombre Yahweh proviene del verbo hebreo hayáh – “ser” (Éxodo 3:14). El nombre denota la eternidad, inmutabilidad, y unicidad de Dios. Es importante reconocer que el Señor Jesucristo usó este nombre con respecto a Sí mismo (Juan 8:58-59) y así afirmó Su deidad.
Jehová (hebreo: Yah)
El nombre Yah aparece 48 veces en las Escrituras, mayormente en el libro de Salmos y en la exclamación hallelujah (i.e. “!Alaba Yahweh!” o “!Alaba al Señor!”). La palabra yah también forma parte de varios nombres en las Escrituras: Elías o Elijah – i.e. “Mi Dios es Yahweh” o “Yahweh es Dios.”
Señor (Griego: kúrios o kyrios)
Para los griegos, la palabra kyrios podía referirse a un hombre de alta posición y poder, o un ser sobrenatural (i.e. un dios). La palabra se emplea en la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento) para traducir el nombre hebreo Yahweh o Jehová, y en el Nuevo Testamento para comunicar la idea hebrea de Dios como Señor. La palabra se emplea 640 veces en el Nuevo Testamento en referencia a Dios. Es significante que la palabra kyrios se emplea sin reservaciones con referencia a Jesús.
Señor (griego: despótes)
La palabra griega despótes denota posesión y señorío absoluto. En su uso más antiguo, el despotés (i.e. déspota) era el amo de la casa que reinaba con autoridad absoluta. Con el tiempo, el término llegó a denotar a una persona de poder ilimitado o una autoridad política y tiránica. Hoy día, el término mayormente se emplea negativamente porque el poder absoluto corrompe a los hombres totalmente. Pero cuando el término se refiere a Dios en la Septuaginta y el Nuevo Testamento, no comunica nada negativo. Dios es el debido Dueño y Señor de todo lo que ha hecho. Su santidad y justicia garantiza que Él siempre ejercerá Su autoridad absoluta con perfecta equidad. El término despotés se emplea seis veces en el Nuevo Testamento con referencia a Dios (Lucas 2:29; Hechos 4:24; II Timoteo 2:21; Apocalipsis 6:10; II Pedro 2:1; Judas 1:4). En II Pedro 2:1 y Judas 1:4, la palabra se emplean específicamente con respecto a Jesucristo.
Una Mirada Más Cercana a Yahweh
En lo siguiente, consideraremos brevemente los nombres compuestos de Dios que se forman usando el nombre Yahweh. Cada nombre nos dará un entendimiento más grande de la persona y obra de Dios.
No hay ejercicios en esta parte de nuestro estudio. Simplemente consideraremos cada nombre cuidadosamente y con mucha oración.
Jehová de los Ejercitos (hebreo: Yahweh-Sabaoth)
El nombre yahweh-sabaoth representa a Dios como el omnipotente Rey y Guerrero quien reina sobre Su pueblo y los protege. La palabra “ejércitos” puede referirse a: (1) seres angélicos; o (2) los cosmos – el sol, las estrellas, y las fuerzas de la naturaleza. La idea que comunica es que el Señor reina sobre todos los seres y cosas – terrenales, cósmicas o celestiales. Él lleva a cabo Su perfecta voluntad y no hay nadie que se le pueda oponer (Salmo 24:10; Isaías 6:1-5; 31:4-5).
Jehová el Altísimo (hebreo: Yahweh-Elyon)
El nombre Yahweh-elyon habla de la soberanía, exaltación, y majestad de Yahweh. Dios es el Señor sobre todo y digno de toda adoración y alabanza (Salmo 7:17; 47:2; 97:9).
Jehová Proveerá (hebreo: Yahweh-Jireh)
Este nombre fue dado a Dios por el patriarca Abraham en Génesis 22:14. En obediencia al mandato de Dios, Abraham ofreció a su hijo Isaac sobre el altar como un sacrificio. Antes que Abraham pudiera matar a su hijo, Dios lo detuvo y proveyó un carnero en su lugar. La redención que Dios proveyó ese día en el monte Moriah motivó a Abraham a llamar el lugar Yahweh-Jireh. Aunque es verdad que Dios es poderoso y fiel para suplir todas nuestras necesidades, el nombre Yahweh-Jireh no es una promesa de la prosperidad económica, sino una promesa de redención del pecado. Nosotros debemos morir por nuestros pecados (Romanos 6:23), pero Yahweh-Jireh ha provisto un sacrificio en nuestro lugar – Su único y amado Hijo. Él es el Cordero que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Es blasfemia enfatizar la prosperidad económica sobre la redención del pecado. Jesús no derramó Su sangre para nuestra ganancia monetaria, sino para la salvación de nuestra alma – la redención de la vida es de gran precio (Salmo 49:8).
El Señor es mi Bandera o Estandarte (Hebreo: Yahweh-Nissi)
Este nombre fue dado a Dios por Moisés en Éxodo 17:15 después que Dios derrotó el ejercito de Amalec.
En los tiempos antiguos, las tropas se unían alrededor de un estandarte o bandera en preparación para la batalla. La verdad que se comunica aquí es que Dios es el Estandarte para Su pueblo. Cuando nos unimos alrededor de Él, nuestra victoria es segura.
El Señor que Santifica (Hebreo: Yahweh-Qadesh)
El nombre aparece por la primera vez en Éxodo 31:13 y aparece varias veces en el libro de Levítico (20:8; 21:8, 15, 23, 22:9, 16, 32). La palabra “santificar” (heb.: qadash) significa separar algo o alguien de su uso común y consagrarlo o dedicarlo a un propósito especial. El nombre Yahweh-qadesh comunica muchas verdades maravillosas al pueblo de Dios. Dios nos ha separado del resto de los pueblos de la tierra, Él nos ha consagrado para Su servicio, y Él está obrando para conformarnos a Su imagen.
El Señor es Mi Pastor (hebreo: Yahweh-Raah)
Este nombre se encuentra en uno de los más conocidos y amados capítulos en toda la Escritura – Salmo 23. Para el pueblo de Dios, el nombre Yahweh-raah es uno de los más estimados. Dios es el Pastor de Su pueblo, Él los ama, los alimenta, los guía, y los guarda de sus enemigos (Génesis 48:15; 49:24; Salmo 28:9; Isaías 40:11; Ezequiel 34:12; Miqueas 7:14; Juan 10; Apocalipsis 7:17). En el Nuevo Testamento, Dios está presente en Jesucristo como el Buen Pastor que dio Su vida por Sus ovejas (Juan 10:11).
El Señor Tu Sanador (hebreo: Yahweh-Rafah)
Este nombre se encuentra en Éxodo 15:26, donde Moisés declara las promesas de Dios a la nación de Israel: ” Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los Egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.” El nombre Yahweh-rafah nos asegura que podemos confiar en el cuidado soberano de Dios. Él nos ha sanado de la mortal enfermedad del pecado y es poderoso para sanarnos físicamente, si por medio de tal sanidad, Su voluntad y gloria pueden ser promovidas.
El Señor es Paz (hebreo: Yahweh-Shalom)
El nombre se encuentra en Jueces 6:22-24 y comunica uno de los más importantes aspectos de la relación que existe entre Dios y Su pueblo – paz. En este pasaje, Gedeón había visto la asombrosa revelación de Dios a través del Ángel del Señor y estaba convencido que moriría. Tal temor es común cuando el hombre pecador tiene un encuentro con un Dios santo. En el caso de Gedeón y el pueblo de Dios, la gracia de Dios transformó su terror en paz. Esta verdad encuentra su más grande cumplimiento en el Señor Jesucristo quien es nuestra paz (Efesios 2:14).
El Señor está Aquí o Presente (hebreo: Yahweh-Sama)
El nombre se encuentra en Ezequiel 48:35 donde Dios promete Su presencia en la completa restauración de Su pueblo en los últimos días. La presencia de Dios siempre ha sido una bendición muy especial para el pueblo de Dios. Adán caminó con Dios en Edén antes de su caída y juicio (Génesis 3:8). En Éxodo 33:12-16, Moisés pidió que la presencia de Dios acompañara a Israel en su peregrinaje en el desierto. En I Reyes 8:10-11, Dios bendijo a Su pueblo por medio de llenar el templo con Su presencia. En el Nuevo Testamento, la promesa de la presencia de Dios fue cumplida de una manera perfecta en la persona de Jesucristo. En Él, Dios se hizo carne y habitó entre los hombres (Juan 1:1, 14). En la Iglesia, Dios no solamente mora con Su pueblo, sino en Su pueblo por medio del Espíritu Santo (Juan 14:17). En la consumación de todo, Dios morará con Su pueblo en el cielo nuevo y la tierra nueva (Apocalipsis 21:1-3).
El Señor Justicia Nuestra (hebreo: Yahweh-Tsidkenu)
El nombre se encuentra en Jeremías 23:5-6. En este texto, Dios promete que el Mesías salvaría a Su pueblo y reinaría sobre ellos con perfecta justicia. Esta profecía encuentra su cumplimiento perfecto en la persona de Jesucristo. A través de Su vida y sacrificio, Él ha justificado a Su pueblo y reina sobre ellos con perfecta justicia. Nuestra justicia no proviene de nosotros mismos, sino del Señor Jesucristo. Él es Nuestra Justicia.
Del Libro "El Unico Dios Verdadero
Autor: Paul Washer
Saludos y Bendiciones!!!!!!
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